Columna de opinión de Nathalia Fernández – Nutricionista de CREAS
El interés hacia los frutos secos y su consumo ha aumentado con el tiempo debido a los avances científicos que han demostrado los múltiples beneficios que brindan sus propiedades nutricionales a la salud, tanto para individuos sanos, como para quienes padecen algún tipo de patología, como obesidad, hipertensión, diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares (De Souza et al, 2017).
Si bien, los frutos secos son considerados alimentos altos en grasas, éstas son del tipo “saludable”, ya que aportan nutrientes comoácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y poliinsaturados (PUFA), indispensables para el buen funcionamiento de diversos sistemas, órganos y tejidos. Los MUFA han demostrado tener efectos beneficiosos para el organismo ya que estimulan el aumento del colesterol “bueno” (HDL) y por otra parte los PUFA favorecen la concentración normal de colesterol “malo” (LDL) en la sangre. Con respecto a lo anterior, si consideramos su valor nutricional en 30 gramos, que es la porción recomendada, notamos que el aporte energético es de 197 kcal; en tanto, el aporte de las grasas, en orden decreciente, es de 14.2 g de PUFA, 2.7 g de MUFA y 1.8 g de grasas saturadas. Dadas estas características, apreciamos que, si bien es un alimento calórico, esto es a expensas de calorías “nutritivas” y no “vacías”. Para efectos prácticos, si comparamos 30 gramos de nueces con la misma cantidad de papas fritas envasadas, que también son un alimento con un alto contenido de grasas, las primeras tienen un aporte de grasas que entrega beneficios al organismo y en las segundas, su aporte graso está dado principalmente, por contener grasas “no saludables”, es decir, saturadas, las cuales tienen un efecto negativo para el organismo cuando se encuentran en concentraciones elevadas y están relacionadas con enfermedades cardiovasculares.
Dentro del sin fin de efectos positivos que le suceden al organismo cuando incluyes nueces como parte de tu alimentación habitual, podemos mencionar que también fortalecen las células cutáneas, haciendo que la piel se mantenga hidratada y firme; además, las nueces poseen altas concentraciones de cobre, que participan en la formación de glóbulos blancos, por lo tanto, brindan un mineral indispensable para potenciar la función del sistema inmune. La evidencia de sus beneficios en la literatura científica actual es extensa, se pueden encontrar diversos estudios que han analizado cómo influye su consumo en la salud de los humanos cuando son incluidas como parte de la alimentación habitual. Torabian S. et al (2010), en su investigación observaron un efecto favorable en el perfil lípidico de la sangre, sobre todo en aquellos individuos que tenían elevada la concentración de triglicéridos y colesterol total. Otros investigadores, han demostrado que los efectos a largo plazo por consumir nueces podrían significar una disminución del riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo dos, al mejorar la vasodilatación (Yingyng Ma. et al, 2010) y los niveles de insulina en ayunas (Tapsell L, et al. 2009). Como podemos notar, la evidencia de los beneficios que entrega consumir nueces para la salud es amplia, y sugiere una mejora en diversos aspectos para la salud. Lo esencial, es tener en consideración la cantidad de ingesta recomendada, que no es más que 30 gramos al día, para obtener efectos positivos. Si se consumen cantidades superiores y de manera reiterada, se podría estar induciendo a un aumento del peso corporal a partir de una ingesta elevada de alimentos con una alta densidad energética, y esto iría en detrimento de los beneficios nutricionales.
Más oportunidades para la industria nacional
Chile es el principal exportador de nueces de nogal del hemisferio sur y está dentro de los primeros tres proveedores a nivel mundial, con un volumen de exportación, en el año 2016, de 72.133,2 toneladas (96,2% de la producción nacional de nueces) de los cuales 34.772,4 toneladas corresponden a nueces con cascara (NCC) y 18.680,4 toneladas a nueces sin cáscaras (NCS) (es equivalente a 37.360,8 toneladas de NCC) y; que han generado un valor de exportación de US$243 millones FOB (Bianchini, 2017). La oferta exportadora chilena es casi en su totalidad de nueces como materias primas, sin ningún tipo de valor agregado, y es aquí donde se abre una oportunidad para la generación de productos procesados de alto valor nutricional como aceites, snacks saludables, harinas no convencionales, etc.
Referencias Bibliográficas:
- De Souza, R. G. M., Schincaglia, R. M., Pimentel, G. D., & Mota, J. F. (2017). Nuts and Human Health Outcomes: A Systematic Review. Nutrients, 9(12), 1311.
- Torabian, S., Haddad, E., Cordero-MacIntyre, Z., Tanzman, J., Fernandez, M. L., & Sabate, J. (2010). Long-term walnut supplementation without dietary advice induces favorable serum lipid changes in free-living individuals. European journal of clinical nutrition, 64(3), 274.
- Yingying Ma MD, R. V. T., Millet, J., Doughty, K., Treu, J. A., & Katz, D. L. (2010). Effects of Walnut Consumption on Endothelial Function in Type 2 Diabetic Subjects. Diabetes Care, 33(2), 227.
- Tapsell, L. C., Batterham, M. J., Teuss, G., Tan, S. Y., Dalton, S., Quick, C. J., … & Charlton, K. E. (2009). Long-term effects of increased dietary polyunsaturated fat from walnuts on metabolic parameters in type II diabetes. European journal of clinical nutrition, 63(8), 1008.