La conservación de la vida útil de las nueces es una problemática tangible en el proceso productivo de este fruto seco. El producto pierde su calidad tras exponerse a factores ambientales como la temperatura y la humedad, lo que afecta su comercialización y niveles de competitividad en los mercados internacionales.
El equipo de profesionales de CREAS lleva cerca de un año estudiando las nueces nacionales, en el contexto del proyecto “Nueces Partidas Larga Vida: Mantención de los parámetros de calidad mediante integración de soluciones tecnológicas”. La iniciativa, financiada por CONICYT, involucra a distintos actores relativos a la agroindustria, como la Asociación Gremial Chilenut, Huertos del Valle, Frutamerica, Frunut y Frutas de Exportación (Frutexsa).
Jennifer Wilckens, Ingeniero de Desarrollo de CREAS, relata que se han realizado estudios de secado, vida útil y además evaluaciones sensoriales en torno a las nueces, con el fin de encontrar el método más eficiente de mitigar la problemática que afecta a los frutos secos.
“Partimos haciendo una evaluación de secado, apreciando tanto las condiciones de temperatura como las de humedad”, relata Wilckens. “Estas mismas nueces las llevamos a un estudio de vida útil, que incluye la evaluación del índice de blancura, acidez y de peróxidos, entre otros”.
La profesional señaló que también se han realizado evaluaciones sensoriales con un panel entrenado, para relacionar los parámetros bioquímicos con los sensoriales y saber si lo que percibe un consumidor entrenado se refleja en los valores de tales parámetros.
El proyecto está cerca de comenzar una nueva etapa, en la que se pondrán a prueba distintos envases y condiciones de envasado para la nuez. “Ahora que ya sabemos lo que está pasando con las nueces en condiciones estables, con los envasados típicos que se tienen en estos momentos, pero ahora podremos hacer una comparación con alternativas de condiciones atmosféricas al interior del envase”, cuenta Wilckens. “Con esto sabremos si existe diferencia en la vida útil de las nueces dependiendo del envasado”.
TECNOLOGÍAS PARA CONSERVAR LA VIDA ÚTIL DE LAS NUECES DE EXPORTACIÓN
La nuez chilena ha alcanzado reconocimiento a nivel mundial gracias a su color claro, sabor suave, frescura y aporte a la salud. Características como la presencia de proteínas ricas en aminoácidos esenciales, fibra dietaria y minerales, además de un bajo índice glicémico y un destacado contenido de compuestos lipídicos asociados a la prevención de enfermedades cardiovasculares y diabetes, posicionaron al país como el principal exportador de nueces de nogal del hemisferio sur.
Mediante el proyecto “Nueces Partidas Larga Vida: Mantención de los parámetros de calidad mediante integración de soluciones tecnológicas”, financiado por CONICYT, el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS) pretende encontrar alternativas que aumenten la vida poscosecha de las nueces, reduciendo los efectos negativos de la oxidación de los aceites contenidos en el fruto, que superan en algunos casos el 60%. Dirigida por Eduardo Caballero, Doctor en Biotecnología y miembro del equipo de investigadores de CREAS, la iniciativa busca descubrir formas de detener o atenuar el proceso de oxidación lipídica que sean de fácil implementación para los productores, procesadores y exportadores de nueces y que al mismo tiempo no encarezcan el producto.