El avance en los estudios relacionados al organismo y como los alimentos afectan de manera positiva o negativa en él, han podido establecer claramente que el intestino tiene un rol fundamental en la salud de las personas, ya que es en este lugar donde ocurre el paso de los nutrientes a la sangre, medio por el cual son transportados hasta su destino para cumplir alguna función determinada, ya sea energética, estructural, etc. Es tanto el interés y lo que se ha estudiado en torno a su función, que científicos del área creen firmemente que un intestino enfermo es el causante de la mayor parte de las enfermedades y que uno de los factores fundamentales para favorecer su funcionalidad, es consumir probióticos y prebióticos. Los primeros corresponden a los microorganismos vivos que en cantidades adecuadas pueden aportar beneficios para la salud, y los segundos corresponden a la parte no digerible de plantas, semillas, granos y/o cereales que sirven de alimento para estimular de manera selectiva el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas.

Un tipo alimento con gran aporte de probióticos y que ha tomado gran importancia durante los últimos años son los alimentos fermentados, que si bien nacen como producto de un método de conservación utilizado desde tiempos muy antiguos, a partir de los avances de la ciencia se ha podido establecer claramente que su consumo se traduce en beneficios para la salud tanto física como mental, dentro de los cuales podemos destacar la correcta absorción de nutrientes, buena digestión, disminución de factores de riesgo asociados al desarrollo de enfermedades crónicas como niveles elevados de glicemia, triglicéridos, colesterol LDL y colesterol total en sangre, presión arterial y que además favorece la sensación de bienestar. En este sentido es necesario aclarar que el tipo de microbio involucrado en el proceso de fermentación determinará el tipo, calidad del alimento y, por lo tanto, el efecto que tenga sobre el organismo. Según el tipo de fermentación encontramos distintos alimentos, aquella que ocurre en ausencia de oxígeno (anaeróbica) da lugar a alimentos como el yogur, chucrut y el kimchi, y la que precisa de oxigeno (aeróbica) produce alimentos como quesos, vinagres, tempeh, miso, pan y kombucha. En general los alimentos fermentaos además de repoblar el intestino con microorganismos beneficiosos, favorece la perdida de anti-nutrientes presentes en algunos alimentos que dificultan la digestión e impiden la absorción de minerales.

Un estudio que incluyo a 21 individuos con prediabetes concluyó que el consumo de kimchi disminuyó significativamente el peso corporal, circunferencia de cintura, niveles de presión arterial y mejoró la sensibilidad a la insulina en un gran porcentaje de los participantes (An, 2013). Otra investigación que analizó el consumo de una dieta típica coreana, que entre otros alimentos incluye kimchi y fermentados a base de soja, con sus posibles beneficios en pacientes con diabetes mellitus 2 e hipertensión arterial, llegó a la conclusión que una dieta rica en alimentos fermentados disminuye factores de riesgo como el colesterol total, colesterol LDL, niveles de glicemia en ayunas y hemoglobina glicosilada (indicador que mide el nivel promedio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses) de manera significativa, además de mejorar la frecuencia cardiaca (Jung, 2014). Un tercer estudio encontrado determinó que el consumo de kéfir en pacientes diabéticos disminuyó significativamente los niveles de glicemia en ayuna y de hemoglobina glicosilada, en comparación al grupo control que no consumía ningún tipo de alimento fermentado, sin tener efectos significativos en el control de triglicéridos, colesterol total y colesterol LDL (Ostadrahimi, 2015). Finalmente, una revisión concluye que los alimentos fermentados pueden ser una buena alternativa complementaria al tratamiento de patologías como las diabetes, hipertensión arterial y/o dislipidemias (Sivamaruthi, 2018), ya que aporta los microrganismos necesarios para renovar y repoblar el intestino estimulando de esta manera las funciones del sistema digestivo, inmune y circulatorio.

A lo largo de la historia alimentos como el chucrut y el yogur han formado parte de la alimentación de la población en nuestro país, en muchos casos, desconociendo sus múltiples beneficios para la salud, en este sentido, es necesario dar a conocer cuáles son las nuevas alternativas que nos ofrece el mercado en torno a los alimentos fermentados, los cuales cada vez ganan más lugar en las góndolas de los supermercados, teniendo en cuenta que para que su consumo sea masivo y exitoso, es necesario educar respecto a sus beneficios nutricionales y fomentar su consumo, colaborando de esta manera, en la tarea de mejorar el estado nutricional de personas a lo largo de todo el ciclo vital.

Alimento fermentado ¿Qué es?
Kimchi Preparación fermentada de vegetales, principalmente compuesta por col china (semejante al repollo), sazonado con diferentes especias
Kombucha Bebida obtenida de la fermentación de té, de preferencia verde o negro, endulzado con azúcar
Kéfir Bebida obtenida a partir de la fermentación de leche

Referencias

  1. An, S. Y., Lee, M. S., Jeon, J. Y., Ha, E. S., Kim, T. H., Yoon, J. Y., … & Han, S. J. (2013). Beneficial effects of fresh and fermented kimchi in prediabetic individuals. Annals of Nutrition and Metabolism63(1-2), 111-119.
  2. Jung, S. J., Park, S. H., Choi, E. K., Cha, Y. S., Cho, B. H., Kim, Y. G., … & So, B. O. (2014). Beneficial effects of Korean traditional diets in hypertensive and type 2 diabetic patients. Journal of medicinal food17(1), 161-171.
  3. Ostadrahimi, A., Taghizadeh, A., Mobasseri, M., Farrin, N., Payahoo, L., Gheshlaghi, Z. B., & Vahedjabbari, M. (2015). Effect of probiotic fermented milk (kefir) on glycemic control and lipid profile in type 2 diabetic patients: a randomized double-blind placebo-controlled clinical trial. Iranian journal of public health44(2), 228.
  4. Sivamaruthi, B., Kesika, P., Prasanth, M., & Chaiyasut, C. (2018). A Mini Review on Antidiabetic Properties of Fermented Foods. Nutrients10(12), 1973.